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Dr. Juan José Mezzadri

¿Qué es la Siringomielia?

La siringomielia es una condición poco común que afecta la médula espinal. Se produce cuando aparece un quiste o cavidad dentro de ella, lo que puede causar presión o daño a los tejidos con el tiempo. Aunque puede sonar complejo, es importante saber que existen tratamientos y maneras de manejar la enfermedad para mejorar tu calidad de vida.

Dr. Juan José Mezzadri

¿Qué la causa?

La siringomielia ocurre cuando el líquido cefalorraquídeo (LCR), que protege y nutre el cerebro y la médula espinal, no fluye como debería. Las causas de dicha obstrucción pueden ubicarse en la fosa craneana posterior (malformación de Chiari, quistes aracnoideos, etc.) o dentro de la columna vertebral (trauma, aracnoiditis, tumores, etc.).

Cada caso es único, y conocer la causa es el primer paso para encontrar el tratamiento adecuado.

¿Qué síntomas puede producir?

  • Dolor de cuello, hombros o espalda
  • Debilidad y falta de sensibilidad en brazos y piernas
  • Rigidez muscular
  • Dificultad para caminar
  • Problemas para orinar o ir de cuerpo

Estos signos pueden variar en intensidad y aparición, así que es esencial consultar con un especialista si tienes dudas.

¿Cómo es el diagnóstico y tratamiento?

El diagnóstico se realiza a través de una Resonancia Magnética (RM), un estudio indoloro y seguro que permite observar con detalle su médula espinal. Este examen es clave para confirmar la presencia y entender su impacto.

Existen opciones para tratarla, dependiendo de la causa subyacente:

  • Restablecer el flujo del LCR: Procedimientos que eliminan las obstrucciones y permiten que el líquido vuelva a circular normalmente.
  • Colocación de un drenaje (derivación): Si no es posible remover la obstrucción, se coloca un catéter que ayuda a drenar la cavidad hacia otras partes del cuerpo.

Un médico especializado lo guiará hacia la mejor solución para su caso.

¿Qué esperar?

Con el tratamiento adecuado, muchas personas logran mejorar sus síntomas y recuperar parte de su bienestar.

  • Síntomas leves: Es probable que experimente una mejora significativa.
  • Síntomas más avanzados: Aunque puede haber alivio, algunas secuelas podrían persistir.

Lo más importante es contar con un diagnóstico temprano y un buen equipo médico que marque la diferencia.